Plantas medicinales suizas

Plantas medicinales: la naturaleza al servicio de nuestra salud

La industrialización ha eclipsado de alguna manera las valiosas propiedades de las plantas medicinales. Sin embargo, los suizos están redescubriendo estas nobles plantas que están atravesando un renacimiento.

Plantas como la salvia, el árnica, la menta y el edelweiss están volviendo a formar parte de la vida cotidiana de las personas y desde hace un tiempo han recuperado su lugar en nuestra sociedad. Ahora se las puede encontrar con frecuencia en las huertas, junto a los senderos de montaña o en la mesa como tés herbales. El conocimiento que se transmitía de generación en generación se había visto eclipsado desde el comienzo de la industrialización, pero en la última década estas plantas volvieron a encontrar su lugar en los hogares suizos. "Mi abuela nunca conocía los nombres de estas plantas pero sabía para qué servían ", recuerda Maurice Masserey, un granjero del cantón del Valais que cultiva una variedad de plantas medicinales desde los años 80.

Plantas medicinales suizas

Las plantas, un campo de conocimiento y trabajo

Las plantas medicinales se han convertido en una fuente suplementaria de ingresos para este policía del pueblo. En 1984, Ricola, la renombrada empresa suiza que produce dulces de plantas alpinas, estaba buscando productores. Maurice y su esposa presentaron ofertas para proveer diversas plantas y ganaron un contrato junto con otros productores regionales. En la actualidad, los Masserey venden prácticamente toda su cosecha a Ricola. Cultivan principalmente salvia, toronjil, hisopo y menta. En 2017 entregaron diez toneladas de plantas disecadas a la empresa de dulces. En abril reciben los pedidos para entregar cantidades específicas y, según las condiciones climáticas, comienzan la cosecha a partir de mayo. La cosecha se realiza dos a tres veces al año, entre la primavera y el verano. Luego secan las plantas en un secadero solar. "El proceso de secado puede llevar de dos a cinco días según la cantidad de luz solar. Cuanto más elevada la temperatura, más rápido se secan las plantas", explica Maurice. Durante el proceso de secado las plantas pierden gran parte de su peso. "Producimos siete toneladas de salvia, una tonelada de menta, ochocientos kilos de hisopo y seiscientos kilos de toronjil. La salvia, por ejemplo, tiene un factor siete, lo que significa que con setecientos kilos de salvia fresca obtenemos cien kilos luego del secado".

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La salvia, planta medicinal, que Maurice Masserey cultiva mucho.

En el Valais, la mayoría de los productores de plantas medicinales formaron una cooperativa. Isabelle Gabioud es una productora independiente. "Mantenerme independiente me permite cultivar plantas según la demanda, sin la obligación de cumplir cuotas". Es muy conocida por ser autodidacta en el cultivo de estos tipos de plantas. "Comencé a hacer productos en base a plantas para mi uso personaI porque no podía encontrarlos en las tiendas. Me gusta probar y hacer productos cuyas recetas están casi olvidadas. Después de probar mi jarabe de menta, la gente mayor comenzó a entender mi interés por las plantas. Entonces empecé a recorrer el pueblo con ellos", recuerda Isabelle. Desde entonces ha desarrollado su propia marca de productos naturales. "El problema es que la gente mayor conocía las plantas y para qué servían, pero no sabían sus nombres. Yo recogía variedades y luego las etiquetaba con papelitos adhesivos una vez que las identificaba en los libros. Comencé a desarrollar cada vez más productos que luego compartía con la gente que me rodeaba. Ellos fueron los que me alentaron a vender mis productos."

ISabelle Gabioud
Isabelle Gabioud es una productora independiente de plantas medicinales.

Curiosidad y utilidad

Una cosa llevó a la otra, e Isabelle, que trabajaba para el servicio agrícola del Valais, se interesó cada vez más en sus plantas y en trabajar con ellas hasta que finalmente decidió dedicarse de lleno a este trabajo. Los jarabes, dulces, tés, pastas y cosméticos naturales se convirtieron en su trabajo cotidiano. "Cosechamos todo a mano y por un buen motivo. Seguiré trabajando de esta manera y no lo cambiaría por nada en el mundo, aun si debo producir menos. Las plantas mantienen la mayoría de sus propiedades naturales cuando se las cosecha a mano". 

Isabelle Gabioud
Isabelle Gabioud cosecha todas sus plantas a mano.

La empresa Pharmalp trabaja con productores locales como Isabelle. Tiene su sede en el Valais y desarrolla y comercializa productos naturales que están científicamente validados y producidos a partir de plantas alpinas. La empresa desarrolla suplementos alimenticios y cosméticos según las necesidades de la gente. Su gama de productos incluye, por ejemplo, un gel refrescante contra las irritaciones cutáneas hecho a partir de edelweiss, hierba de San Juan (hypericum) y tomillo cultivado por Isabelle Gabioud. "Nuestros productos se inspiran en el conocimiento de las generaciones mayores y llevamos a cabo estudios de optimización para fabricar nuestros productos", explica Philippe Meuwly, director de Pharmalp. Según este biólogo, que trabajó en el sector farmacéutico durante 15 años, las plantas medicinales tienen propiedades preventivas que ayudan a las personas a mantenerse sanas. "Las plantas medicinales se utilizan desde hace mucho tiempo, es un saber complejo pero seguro". Sin embargo, estos productos no son un sustituto de la medicina curativa o terapéutica.

Meuwly también cree que el pueblo suizo ha recuperado la conciencia de las virtudes de la naturaleza gracias a la riqueza de su entorno. "Las personas desean envejecer con buena salud y preferiblemente sin recurrir a productos químicos". Los métodos locales, que lograron un reconocimiento gracias al conocimiento ancestral y los descubrimientos recientes, nos permiten vivir mejor. Lo que le gusta a la gente es nuestro enfoque respetuoso de la naturaleza.

El taller de Isabelle Gabioud, en su pueblo natal de Orsières, opera según la demanda. "Para fabricar mis productos utilizo una gama de plantas que incluyen ajedrea (Satureja), malva y ajenjo alpino. También cultivo otras variedades de plantas a pedido y recojo las plantas silvestres que crecen en mi campo".

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La malva, la camomilla y la salvia son las plantas medicinales que cultiva Isabelle Gabioud. 

Generosidad natural

Isabelle Gabioud y Maurice Masserey no se guardan el conocimiento para ellos. "Para mí no es un problema compartir mis recetas; no tengo miedo de la competencia; hay lugar para todos. Me he beneficiado del conocimiento que me transmitieron las generaciones mayores y me parece obvio que también deba compartir mi conocimiento", explica Isabelle. Maurice recibe visitantes en su granja con regularidad y entre el público siente un interés creciente por las plantas medicinales.

"La industrialización ha sintetizado y simplificado las cosas. Adquirir conocimientos se ha vuelto más difícil que producir. Por eso se han olvidado los productos naturales. Pero estamos volviendo a ellos porque las plantas tienen más propiedades y tienen un campo de acción más amplio".